Con una mirada a los ojos del paciente que pide respuestas, con un coger la mano de la persona enferma, así como con una escucha activa cuando el enfermo te cuenta las cosas que le preocupan en la consulta de enfermería se consigue prestar unos cuidados enfermeros de calidad.
Os quiero contar otra forma de cómo prestar esos cuidados enfermeros y que yo presencié. Son cuidados prestados con una aptitud como la que os he mencionado anteriormente.
Hace unos días, trabajando con mi compañera de proyecto, un proyecto de atención a pacientes crónicos, se recibió una llamada en el móvil de guardia que llevaba ella. Mi compañera, que alterna su trabajo en dicho proyecto con la atención asistencial en la Unidad de Hospitalización a Domicilio (U.H.D) de nuestro Hospital, estaba de guardia en esos momentos.
La llamada recibida correspondía al familiar de un paciente en fase terminal que estaba siguiendo a través de la UHD.
La conversación se desarrollo entre aclaraciones de cómo administrar la medicación prescrita, orientaciones y consejos de cómo dar mayor confortabilidad al enfermo en esos últimos momentos. También observé unas respuestas justas y adecuadas a las dudas que presentaba el familiar del paciente. Pero lo que me sorprendió extremadamente es como mi compañera prestaba esos “cuidados telefónicos”. La calidez de sus palabras, la entonación y modulación de la voz con la que estaba dando los consejos, unos consejos profesionales acertados para la situación del paciente pero que denotaban hacerlo con gusto y aportando mucho más que la mera orientación profesional enfermera.
Se transmitieron consejos, aclaraciones pero con ese calor humano tan necesario en los momentos en los cuales se estaba desarrollando la conversación. Apreciaba, mientras se producía la conversación, que tenía junto a mí una gran profesional.
Tal fue la intensidad transmitida durante los minutos que duró la conversación que cuando finalizó, una vez colgó el teléfono, le comenté que Chapeau! por su profesionalidad, por su calidez en la prestación de los cuidados y por el sentimiento transmitido durante la conversación.
Le comenté que, a mi entender, había hecho su trabajo aportando un grado exquisito de calidez humana, digno de ser imitado por otros compañeros de profesión.
Ella me respondió que lo hacia así por que le gustaba su trabajo y que así debía ser para los momentos de duro trance por los que estaba pasando el enfermo y su familia.
Luego pensé que esta actuación, más que profesional, que había presenciado podía enmarcarse muy claramente entre las que plantea la Iniciativa Mirame: Diferenciate.
La compañera no tenia delante al familiar para mirarlo a los ojos, tampoco para poderle coger la mano y transmitirle ánimos a través de gestos o miradas, pero ella lo consiguió, a mi parecer, con su voz, mediante la entonación y modulación y con todo su buen hacer enfermero.
Días más tarde, mi compañera me comentó que se habían recibido felicitaciones en la UHD por parte de los familiares de un enfermo que estaban llevando en la Unidad y que había fallecido.
Las felicitaciones fueron de los familiares del enfermo cuya conversación yo presencié.
Editor del Blog, “La Consulta de Enfermeria 4”
Solo asi, consigues disfrutar e ilusionarte en esta profesion cada dia creciendo como profesional
. Saber ser, saber estar ante personas. Es una actitud de vida
Gracias por esta reflexión Esperanza…
Pienso lo mismo, hay que desvivirse por el pacient,
Creo que la mirada conlleva en quien la refleja su amor y su entrega a los demás. El cariño de nuestra profesión se entremezcla por tanto con ella, creando un abiente que el paciente nota y que hace que se sienta tranquilo y protegido por los cuidadores que le rodean,
E así como se debe trabajar, no solo es la tarea, es el amor y el sentimiento de cariño que como personas y como seres humanos debemos aportar a los mismos.
me parece muy acertado el comentario
Muy buena reflexión
Gracias, a tu mirada y a las de muchas personas que tambien nos miran así.
creo que la enfermería es eso, mirar y con la mirada querer cuidar lo que la medicina por desgracia no cura.
un saludo y muy buen coment.
Bonito y lleno de sensibilidad, así se debe trabajar como enfermer@s
sigue asi
He tenido la oportunidad de vivir bien de cerca un hospital de crónicos y atender a un familiar en situación terminal, larga y difícil, y sentir a los profesionales. Felicito el testimonio aquí publicado y la actitud de humanidad que este blog trasmite. Estamos tan necesitados de sensibilidad y amor, que otra forma de relación es posible, sobre todo por que somos humanos y ello es lo que nos une en lo más profundo. Cuando se experimenta el dar de corazón, la alegría sin motivo nos llena. A mí me inunda ahora, sintiéndoos.